domingo, 28 de septiembre de 2014

Te extraño amigo

Hace mucho que no cogía ese poemario, tiene los bordes de las hojas amarillentas como si en esa palidez guardaran recuerdos, momentos o quizá la humedad de mis manos o de mis ojos, hace mucho que no leía esos poemas, antes lo hacía porque te extrañaba mientras tu estabas en Lima, yo podía ir a verte, ahora te sigo extrañando pero no se donde encontrarte. "Los Pasos Lejanos" que describía César Vallejo finalmente se volvieron así, lejanos y perdidos, era la víspera... "Hay soledad en el hogar sin bulla, sin noticias, sin verde, sin niñez. Y si hay algo quebrado en esta tarde, y que baja y que cruje, son dos viejos caminos blancos, curvos. Por ellos va mi corazón a pie".  Ahora hay una extraña soledad pero con mucha bulla en el pensamiento y gemidos en el corazón, no hay ni habrá noticia tuya y tampoco habrá verde aunque sí una extraña esperanza de niño y solo un viejo camino blanco, el que cuido con todo el amor que descubrí que tenía guardado desde la noche que te marchaste. 

Amigo, yo había renunciado a escribirte estas lineas aunque sabía que al hacerlo podría construir este diálogo contigo a pesar del precio que implica fracturarse un poco pero como toda fractura siempre suelda con más fortaleza. Te extraño de esa forma que no esta descrita, de esa forma no contenida en ningún libro, en ningún manual, te extraño de esa forma extraña, de esa forma en que la frustración se resiste a convertirse en resignación y aquella en convicción de comprender que no perteneces más a mis ojos porque te llevo por dentro. Te extraño de la forma en que hecho de menos mi infancia tan enfermiza, benditamente enfermiza que aunque mis pulmones tardaban en ventilar, mi mente se llenaba de colores, de escenas, de imaginación cuando te acostabas a mi lado y me leías hermosos cuentos, de "El Caballero Carmelo" tengo el más claro recuerdo... "¿Y la higuerilla?- dijo. Buscaba, entristecido, aquel árbol cuya semilla sembrara el mismo antes de partir. Reímos todos:  -¡Bajo la higuerilla estás!". En el jardín de la casa, donde otrora hacia sombra aquel árbol de granada que ya no está, sembré una higuerilla en el verano de este año, como un pacto con tu amor y mi devoción, materializado en ese árbol que es vida, que crece como mis ansias de volverte a ver y aunque jamás su sombra te cuide, algún día me pararé debajo de el y sentiré que nuestro pacto vive. 

Te extraño amigo, de esa forma en que la nostalgia se libera en un suspiro y se maquilla en una sonrisa. "Tranquilo nomás" solías decirme cuando me sentías preocupado, ansioso, incierto; y no podía comprender como se podría estar tranquilo nomás con una frase, jamás te lo pregunté, tu recuerdo se encargó de explicármelo en ausencia de tu voz, y es esa tranquilidad que trae paz, que reposa en la conciencia, a veces me he preguntado si eso es lo que algunos llaman madurez, y con la firmeza que otorga la tranquilidad se va haciendo camino. 

Amigo mio, tu familia, que la conociste de manera distinta que yo, están como los dejaste, siempre dando señales de algún incierto porvenir, tu esposa ha sufrido, de esa forma que sufren las mujeres con talento para no ponerlo de manifiesto, firme en tu partida pero nunca nadie es tan firme como para mantener temple sin que la mano le tiemble. Siempre he estado a su lado y a pesar de todo siempre he podido hacerla sonreír. Querido amigo, he cuidado mucho a tu esposa y he hecho lo que he podido por tu casa, por tu hogar y por tus hijos, yo sé que tu nunca me lo pediste, pero vamos!... entre amigos hay favores que no se piden y gratitudes que no se olvidan. 

Tenemos tantas cosas que conversar, y yo tanto que aprender de ti. Aun sigue llegando la correspondencia a tu nombre y a veces se acumula bajo la puerta, dime ¿por qué tardas tanto en responder?, pueden pensar que no estas aquí. El tiempo es una mezcla de verdugo y de cómplice. Vamos a conversar amigo, siéntate a mi lado, te ofrezco un poco de vino, sacaremos brillo a los recuerdos y disfrutaremos el presente, este presente que no es de nuestro agrado porque sabemos muy bien que no está obligado a serlo; pero tu y yo, por sobre todas las cosas, somos amigos y somos felices y podemos serlo las veces que queramos y disfrutar de esa felicidad que es infinita como la vida. Alguna vez pensé que el tiempo no nos alcanzó amigo mio, pero la verdad es que el tiempo no nos iba a alcanzar jamás.

Amigo, entre estas lineas puedo advertir tus respuestas, tus comentarios, pero que difícil sospechar tus consejos. Yo tuve un amigo, un gran amigo a mi lado que se alejó sin permiso para volverse alado. Cuéntame de ti, háblame en ese lenguaje que yo aun no conozco, cuéntame ¿cómo estás?, ¿como es la vida por allá?, ¿aun me recuerdas?. Ese viaje fantástico e inevitable al que tanta gente teme yo le perdí el temor porque hasta en ello fuiste mi ejemplo y a veces tengo curiosidad de ese... ¿cómo debo llamarlo?, ¿universo?, ¿mundo?, ¿paraíso? no importa. Antes pensaba que la muerte era una especie de castigo, de sometimiento, de derrota, de injusticia, siempre prematura y así me sentí yo y todavía no me habían velado. Aquel día que tuve que despedirme de ti amigo, leí aquella frase que subrayaste de un libro que compartí contigo y que para mi había pasado desapercibido pero no para tu experiencia... "Abuelito decía que el hombre honrado ante las cosas amargas de la vida, será fiel amigo de las causas del buey que en las cuestas duras ha de bajar la frente para tomar ánimos y empezar de nuevo". Y así tuvo que ser porque había que elegir entre las cosas amargas de la vida o llevar una vida amarga... Tuve el privilegio que seas mi amigo y también el honor que seas mi padre.